Saturday, December 03, 2005

unidos venceremos

Don Elias tiene 44 años, llegó a la Ciudad de México cuando tenía 14 y trabajó construyendo el metro, desde la línea 4 hasta la 8, esperó 22 años antes de decidirse que la sangre llamaba más fuerte y que ya no quería estar donde "porque te ven paisano te tratan como animalito" y regresarse a San Andrés, un pequeño pueblo cerca de Cuetzalan, famoso por sus grandes cascadas. Yo lo conocí justo después de llegar a una de estas cascadas Cuando la lluvia repentina complicaba la subida aún más apareció Elias, cubierto con un plástico amarillo y cargando dos paraguas que había traído para nosotros desde su local a 20 minutos de camino. A eso se dedica ahora, a apoyar a los turistas con paraguas, bastones y un desayuno al regreso. Así probamos su café orgánico y frijoles con un planta que sólo se da en su región parecida a un ejote cuyo nombre nahuatl no pude memorizar. Elias trabaja sábados y domingos y el resto del tiempo cuida su terreno y es tan afortunado que en su rancho hay otra cascada, según nos cuenta, 10 veces más grande que la que vimos a la que sólo se puede llegar si el te lleva y te da permiso porque el terreno es suyo aunque el agua sea de la nación.

Esta fue la primera parada del viernes, un día como quisiera que fueran todos mis días de trabajo, había despertado a las 7 de la mañana, suficientemente temprano para ver como amanecía entre las montañas y oir a millones de grillos haciendo un verdadero escandalo. Estábamos hospedados en las cabañas ecológicas de la cooperativa indígena Tosepan Titataniske (que quiere decir unidos venceremos) donde no sólo producen orgánicamente todo lo necesario para el auto consumo sino además tratan el agua negra y con ella cultivan peces y las cabañas estaban en un 70% hechas en bamboo que crece en las montañas de Puebla. Mi cabaña incluso tenía nombre: Ayotoch o armadillo en español.

personal design manifest

  • design is a tool toward happiness
  • design for real needs, for important needs
  • design for use, not own
  • design as a motor for human evolution
  • form follows function, passion and emotion

Saturday, November 26, 2005

recurro a las palabras para llegar
a donde mis brazos y mis besos no alcanzan
recurro a los recuerdos para pintar sonrisas
e imaginar caricias en mi piel
cada noche, recurro a ti, para dormir tranquila
y una vez más, al amanecer para empezar el día

estás aquí, sin estar tú,
hay un nosotros, sin estar juntos,
hay un mañana,... sin duda alguna

una calle, unos pasos, un balcón o un cielo,
mi mente está llena de caminos para llegar a ti
y mi corazón de deseos para traerte a mi

gris

una noche extraña,
un cielo gris
cortado por el perfil de un árbol,
aquí, oscuridad,
una vela deja los objetos a medio definir
no hay luz, no hay aire, no estás tu
¿cuándo volverán la lúz y tú?
puedo contar con el amanecer,
¿puedo contar contigo?
no es sólo una noche sin luna ni estrellas
una noche clara, una imitación, un engaño
y un día vistiendo un disfraz,
y sigo sin cerrar los ojos,
las manecillas no se han movido,
¿es que sólo yo respiro aquí?
¿qué te puedo decir?
quiero pensar que sale de mi control
¿tengo yo el poder para amarte más?
¿para tenerte conmigo y no dejarte ir?
para no voltear la mirada
no es que sea él, una persona maravillosa
aunque quizá lo sea,
es simplemente el poder de sentirlo
caigo en errores demasiado simples
las palabras me conquistan, las posibilidades
regalame un poema que memorizar
regalame una sonrisa, al cerrar los ojos,
regalame un paseo por mis sueños.
ahora no se, si cuando hablaba de verte desaparecer,
estaba expresando más que un temor, una previsión
todo ha sido una vez más silencio entre los dos
y no me ha tomado por sopresa
sólo ha encogido tu imagen,
tus palabras se fueron con el aire,
ni siquiera por la intensidad de un suspiro,
siempre fueron polvo

una vez más

casi sin querer y por casualidad
construimos, por unos cuantos segundos,
al tropezarse nuestras miradas,
un puente entre nosotros,
no me atreví a dar un paso,
a caminar y probar si resistía mi peso
más que la caída, me asusto no saber que hay del otro lado
y me quedé inmovil, esperando el próximo momento,...
¿y si éste no llega? ¿y si ya te has ido?
y yo sigo inmóvil, esperando no verte desaparecer

azul

toneladas de azul cayeron sobre nosotros,
y nos quedamos inmóviles
sin poder desenredar la mirada,
sin percibir que era algo más que el tiempo
lo que pasaba por nosotros,
sin pensar en mañana
dejamos que la noche y el amanecer nos alcanzarán
no puedo recordar las palabras
si es que hubo alguna
tampoco creo que tuvieran importancia
ahora, recuerdo sólo la intensidad
no sólo tuya o mía,
la intensidad y la oscuridad cubriendolo todo